viernes, 21 de marzo de 2014

Valle-Inclán (vida)




   Fue un dramaturgo, poeta y novelista español, que formó parte de la corriente literaria denominada modernismo en España y se encuentra próximo, en sus últimas obras, a la denominada generación del 98. Se le considera uno de los autores clave de la literatura española del siglo XX.
Respecto a su nombre público y literario, Ramón del Valle-Inclán es el que aparece en la mayoría de las publicaciones de sus obras, así como en los nombramientos y ceses de los cargos administrativos institucionales que tuvo en su vida. El nombre de Ramón José Simón Valle Peña sólo aparece en los documentos de la partida de bautismo y del acta de matrimonio. Como Ramón del Valle de la Peña sólo firma en las primeras colaboraciones que realiza en su tiempo de estudiante universitario en Santiago de Compostela para Café con gotas. Semanario satírico ilustrado. Con el nombre de Ramón María del Valle-Inclán se le encuentra en algunas ediciones de ciertas obras su época modernista, así como en un texto igualmente de su época modernista, que responde a una particular «autobiografía». No sólo él mismo toma a veces este nombre durante esta época literaria, sino que también Rubén Darío igualmente así le declama en la «Balada laudatoria que envía al Autor el Alto Poeta Rubén» (1912). Por otra parte, tanto en la firma ológrafa que aparece en todos sus textos manuscritos, como en el membrete del papel timbrado que utiliza, sólo indica «Valle-Inclán», a secas.
Nació en una vieja casa denominada «El Cantillo», sita en la calle de «San Mauro», en la localidad de Villanueva de Arosa (pueblo de provincia de Pontevedra) al borde de la Ría y frente a la isla de Arosa, pueblo de pescadores y campesinos. Era el segundo hijo del marinero y escritor por gusto Ramón del Valle Bermúdez (amigo de Manuel Murguía —esposo de Rosalía de Castro— y Andrés Muruáis) y de Dolores de la Peña y Montenegro, ambos de ascendencia hidalga, poseedores de casas solariegas y viejos fueros, pero venidos a menos. Ramón fue bautizado tres días después de su nacimiento en la iglesia de San Cibrán de Cálago con tres nombres: Ramón José Simón con los apellidos Valle y Peña. Tomó su nombre artístico del apellido de uno de sus antepasados paternos, Francisco del Valle-Inclán. El nombre de Ramón se le puso en honor a su padre, el de José por ser el patrono de la madrina y abuela materna del bautizado y Simón por ser el santo del día en el que nació. No se celebró el bautizo porque el parto fue complejo y la madre quedó muy debilitada. Dos poblaciones se disputan su nacimiento, Villanueva de Arosa y Puebla del Caramiñal. Él afirmaba que nació en un barco que hacía la travesía entre ambas por la ría. La disputa nace de la temporada que pasó su madre (Dolores de la Peña) en agosto en Puebla del Caramiñal, con motivo de las preparaciones previas del parto. Esta estancia de la madre confundió a algunos biógrafos.

 Formación y comienzos literario
La fortuna familiar heredada por el padre fue dilapidándose poco a poco, y esto obligó a la familia a llevar una vida más modesta. Es muy posible que Valle-Inclán y sus hermanos fueran criados como señoritos de pueblo. Dispuso en su infancia de la buena biblioteca paterna y se le asignó como preceptor un clérigo de la Puebla del Deán (de apodo bichuquino y nombre Carlos Pérez Noal) con el que estudió gramática latina. A la edad de nueve años acomete su ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza primero en Santiago y posteriormente en un Instituto de Pontevedra hasta 1885. Durante este periodo el bachillerato fue ejecutado sin el menor interés por su parte. En ese tiempo ejerció una gran influencia sobre él Jesús Muruáis, siendo decisivo en su formación literaria posterior. El 29 de abril de 1885 acaba sus estudios de bachillerato, tiene diecinueve años. Toda la familia se había trasladado unos años antes a la capital de la provincia donde el padre había conseguido que lo nombraran Secretario del Gobierno Civil.
En septiembre de 1885, sin convicciones y siguiendo la imposición directa de su padre, comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela con resultados igualmente irregulares. Valle-Inclán no tiene preferencia por ninguna carrera siéndole todas iguales. Desde los primeros instantes universitarios solicitó examinarse por libre de algunas asignaturas. Disponiendo de poco dinero, impartía clases particulares de latín y frecuentaba más los cafés que las aulas, siendo también asiduo de la biblioteca de la universidad. Pudo vérsele por el Ateneo Compostelano y frecuentando los espacios literarios. En esos años trabó amistad con aquellos que más tarde llegarían a ser figuras relevantes del mundo de la cultura y de la política galleganota.  También trabó amistad con el florentino Attilio Pontanari del que aprendería esgrima y nociones de italiano. En el año 1888 se matriculó en «Dibujo y adorno de figura» en la Escuela de Artes y Oficios. Ramón se hizo pronto uno de los estudiantes más populares de la Universidad.
En esta época publica sus primeros trabajos literarios en la revista Café con gotas de Santiago de Compostela  y en 1889 su cuento A media noche, en la barcelonesa La Ilustración ibérica; participando activamente, junto a su hermano Carlos, en la vida periodística de la ciudad. La visita de José Zorrilla a Santiago de Compostela para dar una conferencia en la universidad a la que asiste Valle, le produce una honda impresión, quedando seducido por la figura del escritor consagrado. Es en estos años en los que comenzó a arraigar en él su vocación literaria.
El 14 de octubre de 1890, con la muerte de su padre en Villanueva, y con la edad de veintidós años es liberado del compromiso paterno, abandonó la carrera de Derecho por la que no sintió ningún interés, y regresó a Pontevedra. Lleva ya cinco años en la universidad compostelana y no ha pasado del tercer año de la carrera de Derecho. Piensa en ir a Madrid y comenzar en esa ciudad una nueva vida. La herencia del padre no ha sido de mucha cuantía y no le da para vivir.

 Primera estancia en Madrid
Tras una hipotética estancia en Italia aún por documentar, viaja a Madrid a finales de 1890. La situación política de España es mala y en lugares públicos madrileños se vocifera, se exponen ideas contrapuestas y se solicitan soluciones. La primera estancia en Madrid supone dos años en la vida de Ramón. En Madrid frecuenta los abundantes cafés de la Puerta del Sol lugar de tertulia habitual, en ellas participa de forma expresiva y se hace conocer (resulta gracioso con su acento y su particular ceceo). Es irreductible en sus opiniones. En estas primeras visitas a los cafés va configurando su personalidad, su mundo, que acabaría haciéndolo famoso en las sociedades y tertulias de Madrid.
Colabora en diarios como El Globo, dirigido por su amigo e importante mentor Alfredo Vicenti que publica algunos de sus artículos y cuentos, y La Ilustración Ibérica, y dedica gran parte de su tiempo libre a asistir a representaciones del género chico. No es todavía considerado públicamente un escritor, las colaboraciones periodísticas que hace son para ganar algo de dinero, considerando poco afán por el oficio periodístico. La asistencia a peñas y tertulias de la época empieza a establecerse, se hace famoso en ellas por su ingenio. A pesar de sus esfuerzos abandona la capital sin lograr un sustento estable, la decisión parece ser tomada de forma inmediata.

Primer viaje transatlántico: México
En 1892 tras una breve estancia en Pontevedra, Ramón se embarca el 12 de marzo en su primer viaje a América, concretamente a México. Los periódicos gallegos anuncian un viaje motivado por ser elegido para la dirección de un periódico. El trasatlántico francés en el que realiza el viaje, que se denomina Le Havre, desembarca en Veracruz el 8 de abril y pocos días después ya se encontraba alojado en la capital de México. Durante su estancia mexicana escribió para los periódicos: El Correo Español, El Universal (su serie de artículos denominada cartas galicianas) y El veracruzano Independiente. Su labor pasa por ser mero traductor al castellano de textos italianos y franceses, a pesar de que posee ligeros conocimientos sobre ambos idiomas. Pasa en tierras mexicanas un periodo algo menor de un año, repartido entre las ciudades de Veracruz y Ciudad de México. Durante esa época se encontraba Porfirio Díaz como presidente de México, su poder le impone una severa censura. La vida a partir de ahora en tierras americanas será una aventura para Ramón, la situación política mexicana lo excita y ello lo lleva a protagonizar ciertos incidentes.

Parece ser que su estancia en tierras americanas no estuvo exenta de problemas, ya que existen datos de que participó en un amago de duelo con el redactor de El Tiempo, y en una sonada pelea en Veracruz. De este primer viaje a México Ramón obtiene las primeras experiencias como escritor. Durante esta época conoce a Sóstenes Rocha, que le desvela los secretos de la política mexicana, Sóstenes es un personaje que resume la situación mexicana de la época. De esta primera estancia en México Ramón presiente su destino como escritor, empezará los relatos que posteriormente se agruparán en Femeninas. Finalmente abandona México agotando su estancia de poco menos de un año. De las tierras mexicanas pasa a Cuba donde pasa una estancia de varias semanas, permanece algunos días en el hoy demolido Ingenio (azucarero) Santa Gertrudis, en la provincia de Matanzas hospedado en casa de unos amigos: familia González de Mendoza, propietarios por ese entonces de dicho ingenio. En primavera de 1893 se encuentra de nuevo en España, donde se aloja en Pontevedra. Su aspecto físico está transformado, lleva barba y melenas. Valle volvería a tierras mexicanas en un segundo viaje en 1921.

De vuelta a España
De regreso a España, en 1893, se instaló en Pontevedra lugar elegido por él con objeto de aliviar su nostalgia. Es en este lugar donde trabó amistad con Jesús Muruáis, bibliógrafo y profesor de latín en el Instituto de la ciudad, en cuya biblioteca pudo leer a los más importantes autores europeos de la época (Biblioteca Muruais: obras francesas e inglesas de literatura y arte del siglo XIX). Es Valle un joven escritor recién llegado de América, atendiendo a una imagen de dandi, aparece frecuentemente en el Café Moderno de Pontevedra y exhibe su dialéctica peculiar que luego lo haría famoso. Es durante esta época cuando el poeta italiano Gabriele D'Annunzio ejerce una fuerte influencia sobre él y de él toma la fórmula del decadentismo europeo. Valle-Inclán conoce también durante esta época pontevedresa a René Ghil. Durante su estancia en Pontevedra, que se prolongaría hasta 1896 (cerca de tres años), publicó su primer libro, la colección de relatos de tema amoroso en 1894 titulado Femeninas (Seis historias amorosas). Esta primera obra aparece a la luz con el apoyo del amigo de su padre Manuel Murguía. Ramón ya se siente escritor, ya sabe a partir de este instante la dedicación futura de su vida.
Es en esta época cuando Valle-Inclán comienza a cultivar su particular indumentaria: capa (al principio un poncho mexicano), chalina, sombrero, polainas blancas, y sobre todo, sus largas y características barbas, las «barbas de chivo» de que habla Rubén Darío en un poema dedicado al autor. Colabora desde Pontevedra en la revista Blanco y Negro. Es en esta etapa pontevedresa en la que ya figura con su nombre Ramón de Valle Inclán, así se nombra a sí mismo en la portada de su primer libro. Concluida esta etapa, poco le queda hacer en provincias, se dirige a Madrid en lo que será su segundo viaje a la capital.

Segunda etapa en Madrid: las tertulias
En el año 1895 volvió a instalarse por segunda vez en Madrid, esta vez como funcionario del Estado, en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, cobrando 2.000 pesetas al año. Según Joaquín María del Valle-Inclán Alsina, este «momio» le dura por lo menos hasta 1899 y ni se molesta en publicar, ya que no tiene necesidad económica alguna de hacerlo.8 Pronto acude a varias tertulias madrileñas llevando la vida bohemia de la época, en las que conoce a muchas figuras destacadas de la época, como Gómez Carrillo, Pío y Ricardo Baroja, Azorín, Jacinto Benavente, González Blanco, Villaespesa, Mariano Miguel de Val, Alejandro Sawa, entre otros. Asiste a los innumerables cafés madrileños de la época: el de Fornos, el Suizo, el Café del Príncipe, el Café de Madrid, el Café de El Gato Negro, la terraza del Café Gijón, Lhardy en la Carrera de San Jerónimo, y el Café Nuevo de la Montaña, en la Puerta del Sol. Con tertulia propia en la «sala de La Cacharrería» del Ateneo de Madrid, en la Granja El Henar. En ellos con su verbo ceceante, se hace famoso por su capacidad de monopolizar conversaciones, por destruir reputaciones, su falta de paciencia a la hora de soportar interrupciones de oyentes e interlocutores.

Su atuendo se hace peculiar, y la barba se alarga en lo que será su estética habitual. Vive con escaso dinero rozando la penuria y su solitario café en los cenáculos de las tertulias. En esta segunda etapa madrileña se dedica a la vida bohemia en cuerpo y alma, vive la época: la disfruta y la padece. Vive la bohemia literaria modernista con estrecheces económicas que incluso le obligan a pasar hambre. Habita en un patio de viviendas en la calle Calvo Asensio,  del barrio de Argüelles, entonces suburbio de Madrid, en una buhardilla alquilada con dos oscuros cuartuchos con una silla, una mesa y una cama como único mobiliario.
De esta época inicial en Madrid se narra una anécdota de Valle-Inclán en el que paseando por la madrileña Carrera de San Jerónimo se encuentra con Miguel de Unamuno y Pío Baroja, los tres hostiles entre sí en lo que se refiere a teorías literarias, no reconociéndose ningún mérito entre ellos. A pesar de presentar Pío Baroja a Valle-Inclán y Miguel de Unamuno, no pasan ni ochenta pasos sin que acabaran insultándose, gritándose y finalmente separándose antes de acabar el paseo por la calle. Los tres eran representantes de la Generación del 98, los tres dejaron impronta de su independencia. En el año 1897 se publica su segundo libro, Epitalamio (Historias de amores), sin demasiado éxito entre los lectores; el libro se vende mal. Durante estos años, participó como actor en obras teatrales como La comedia de las fieras, de Jacinto Benavente, o Los reyes en el destierro, adaptación por Alejandro Sawa de una novela de Alphonse Daudet. Durante la guerra Hispano-Estadounidense las afinidades sentimentales hacen que Ramón tome partido por las aspiraciones cubanas a la independencia de España.

La pérdida del brazo y el encuentro de Rubén Darío
El 24 de julio de 1899, en una discusión en el Café Nuevo de la Montaña, ubicado en la planta baja del Hotel París, sito en la Puerta del Sol,  el periodista Manuel Bueno Bengoechea le causa una herida en un antebrazo que termina gangrenándose y se hace necesaria su amputación. Valle-Inclán y su amigo Manuel Bueno discutían sobre la legalidad de un duelo que iba a celebrarse debido a la minoría de edad uno de los duelistas. Llegaron a agredirse, Valle-Inclán con una botella de cristal y Manuel Bueno con un bastón, con tan mala fortuna en los lances para Valle-Inclan que se le clavó un gemelo en su muñeca izquierda, con resultado de fractura conminuta de los huesos del antebrazo izquierdo. La herida se gangrenó y el 12 de agosto de 1899, el médico y cirujano Manuel Barragán y Bonet le amputó dicho brazo. Ramón Gómez de la Serna, que no fue protagonista de la escena, tiempo después convertiría el episodio en material literario. De manera análoga recogería el suceso Tomas Orts Ramos recoge en una versión más periodística.
Según cuentan la entereza de Valle-Inclán fue tal, que durante la operación del doctor Barragán, estuvo despierto y se desmayó sólo una vez, siendo conocido que casi al final de la operación sugiere a los asistentes deseos de fumar, y durante los últimos instantes se fuma un habano, haciendo ascender al techo grandes volutas de humo. Valle-Inclán tenía entonces treinta y tres años. A partir de ahora la imagen de manco se hace mítica. Algunos amigos deciden organizar un festival y conseguir fondos para comprarle un brazo ortopédico, estrenando en el Teatro Lara, el 19 de diciembre de ese año de 1899 su obra Cenizas: Drama en tres actos, con dirección del propio Valle-Inclán. La siguiente vez que se encuentra con Manuel Bueno le estrecha la mano. Tras el incidente regresa a vociferar a los cafés, al mismo tiempo que la manquedad le hace olvidarse de sus pretensiones de ser actor de teatro.
En el mismo periodo finisecular colabora en diversas revistas literarias, como La vida literaria, dirigida por Benavente, Revista Nueva, dirigida por Luis Ruiz Contreras, Germinal dirigida por Joaquín Dicenta o Vida Nuevanota 16 dirigida por Eusebio Blasco. El año de su manquedad es el año en el que inicia su amistad con Rubén Darío recién llegado a Madrid y al que conoce cuando asiste a la tertulia literaria del Café de Madrid, que dirigía junto a Jacinto Benavente.

Escritor modernista y tertuliano
En el año 1900, Valle-Inclán participa en un concurso de cuentos auspiciado por el diario El Liberal. Aunque no consigue ganar el premio (el ganador fue el periodista José Nogales), su relato Satanás fue muy elogiado por Juan Valera, uno de los miembros del jurado, en un artículo de prensa. Parece ser que el jurado no quiso arriesgarse a premiar un relato tan innovador. En los años siguientes, siguió colaborando en varias publicaciones, como La Ilustración Artística, La Ilustración Española e Hispanoamericana, La España Moderna, etc. En Alma Española publicó, en diciembre de 1903, una famosa «autobiografía». En Los Lunes del Imparcial empieza a publicar Sonata de otoño, en que hace por primera vez aparición su personaje el Marqués de Bradomín. Comienza a ser asiduo del Nuevo Café de Levante en el que se concentrará durante un decenio casi toda la vida intelectual de Madrid. Traduce obras del portugués de Eça de Queirós.
Las Sonatas: Memorias del Marqués de Bradomín, que el autor anuncia como fragmentos de las «Memorias amables» autobiográficas de su «noble tío» el Marqués de Bradomín (personaje inspirado en el general carlista Carlos Calderón), constituyen el ejemplo más destacado de prosa modernista en la literatura española. La primera de ellas, Sonata de otoño (1902), la escribió durante los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro en un pie con una pistola de su propiedad. A ésta le siguieron Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). En estas narraciones, siendo independientes entre sí, realiza un juego de correspondencias con los títulos del ciclo estacional anual y las sucesivas etapas del ciclo vital del protagonista, presentando a Xavier, el marqués de Bradomín, en cuatro ambientes y lugares distintos, narrando cuatro historias amorosas que corresponden, siguiendo la lógica argumental de la tetralogía -no el orden de escritura y publicación-, a la juventud en Italia -primavera-, a la primera madurez en México -estío-, a la madurez plena en Galicia -otoño-, y a la vejez en Navarra -invierno-. Las cuatro sonatas se empiezan a vender bien y para algunas de ellas hay traducciones en otros idiomas como el francés. En el mismo año de 1905 publica Valle una colección de cuentos con el título de Jardín novelesco; Historias de almas en pena, de duendes y de ladrones. Al año siguiente estrena en el Teatro de la Princesa una adaptación teatral basada en el protagonista de las Sonatas, El marqués de Bradomín: Coloquios románticos. Forma parte del reparto de la obra Josefa María Ángela Blanco Tejerina, a la que meses antes le ha dedicado la Sonata de invierno de esta manera: «...Para unos ojos tristes y aterciopelados...», futura esposa de Valle, con la que posteriormente contraerá matrimonio, aunque, muy probablemente, pudieran haber iniciado la convivencia con anterioridad.

Por esta época algunos miembros de la generación del 98 trabajaban de manera coordinada en diversas actividades creativas, y cada uno de sus componentes se conocen e intercambian ideas en sus reuniones en los diferentes cafés, como el Nuevo Café de Levante; y cafés-conciertos, como la popular sala de music-hall Central Kursaal, sita en la plaza del Carmen. Allí actuaba una jovencita cupletista llamada Anita Delgado, de la que se enamoró el Maharajá de Kapurthala, suceso que se comentó con gran lujo de detalles en cafés y periódicos y semanarios de la época, siendo el propio Valle-Inclán uno de los intermediadores de una historia que acabó en boda.
En 1907 publica varios libros, como Águilas de blasón (estrenada el mismo año en Barcelona), Aromas de leyenda, Versos en loor de un santo ermitaño y El marqués de Bradomín. Coloquios románticos. Por entregas, en el diario El Mundo, publica Romance de Lobos. En 1908 inicia la publicación de su serie de novelas «La guerra carlista»: Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño. En 1909 escribe Mi hermana Antonia, que narra la venganza del estudiante Máximo Bretal, enamorado de Antonia y rechazado por su madre. Sus simpatías por el carlismo no fueron sólo literarias: en 1910 se presentó a diputado por el Partido Carlista, pero no obtuvo escaño.
El 3 de marzo de 1909 muere en su casa de Madrid el escritor Alejandro Sawa, ciego y en penosas condiciones físicas. Valle-Inclán, que años más tarde, dará vida a su alter ego Max Estrella en la obra Luces de bohemia, lamenta enormemente su pérdida, y así se lo hace saber en una carta a Rubén Darío, la cual ha sido reproducida profusamente desde que se diera a conocer.

Matrimonio, gira teatral por Hispanoamérica y asentamiento en Galicia
Valle-Inclán contrae matrimonio con Josefina Blanco Tejerina en la mañana del 24 de agosto de 1907 en la iglesia madrileña de San Sebastián. Él tiene cuarenta años y ella veintiocho. Tras la boda, ella abandona la profesión teatral, con excepción de una gira por Hispanoamérica. Enseguida nace la primera hija, María de la Concepción (1908), de un total de seis hijos nacidos a lo largo de los quince años siguientes. Valle-Inclán publica Historias perversas; la que será su primera obra de poesía, Aromas de leyenda. Versos en loor de un santo ermitaño (1907); y comienza con la escritura de su serie de obras teatrales de Las farsas.
Su mujer Josefina Blanco se incorpora a las labores como actriz de teatro en 1910 y el matrimonio viaja de gira con la compañía de teatro de Francisco García Ortega. Valle-Inclán acompaña a su mujer en calidad de director artístico y tiene la oportunidad de pronunciar algunas conferencias sobre la literatura española en los países que visitan de gira, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia. De regreso a España, tras seis meses de gira americana regresa a Madrid, donde los carlistas le ofrecen un almuerzo, y se sienta a la mesa con Vázquez de Mella, Manuel Bofarull, el marqués de Cerralbo, etc. Valle-Inclán sigue estrenando obras de teatro: Voces de gesta, en 1911 (en el teatro Novedades de Barcelona), y La marquesa Rosalinda. Farsa sentimental y grotesca, en 1912. A los estrenos también se suman incidentes; su obra teatral titulada El embrujado fue rechazada por el Teatro Español, que dirigía el escritor Benito Pérez Galdós, y el incidente acaba en un acto tumultuoso que incluye una lectura de la obra en el Ateneo de Madrid. En su empeño de queja no deja de asistir a las tertulias de café. Con el dinero que obtiene de la publicación de sus obras completas por Sociedad General de Libraría, Valle-Inclán inicia con los suyos un viaje a Galicia con el objeto de vivir en su tierra natal junto con sus hijos. Esta estancia en Galicia se ve interrumpida frecuentemente por viajes a Madrid, cediéndole el escultor Sebastián Miranda su casa, y donde permanece períodos largos, para atender asuntos literarios, como los ensayos y estreno de La marquesa Rosalinda. Farsa sentimental y grotesca (5 de enero de 1912), o el inicio de la publicación de su «Opera Omnia», a cargo de la imprenta Rivadeneyra, que inicia en 1913 con esta obra teatral como tercer volumen, o posteriormente La Lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales (1916), que pondrá al frente de su «Opera Omnia» como primer volumen de la misma.
En 1915 escribe al rey solicitando la rehabilitación de los títulos de marquesado del Valle, vizcondado de Vieixin y señorío del Caramiñal. Sus peticiones no son atendidas. Los años que rodean la publicación de la Lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales son especialmente duros para Valle-Inclán. Su amigo Rubén Darío realizará en 1914 el que será su viaje de regreso definitivo a Nicaragua, donde muere en 1916. Por otro lado las noticias de la incipiente guerra europea lo van rodeando poco a poco, y la pugna llega a las calles de Madrid dividiendo opiniones. Valle-Inclán toma parte desde el principio por el bando aliado encabezando un «Manifiesto de adhesión a las naciones aliadas» Esta situación hace que durante la I Guerra Mundial, fuera invitado por el gobierno francés a visitar los frentes de guerra en los Vosgos, Alsacia, Flandes y Verdún. Entre el 27 de abril y el 28 de junio de 1916, Valle-Inclán viajo como corresponsal del periódico El Imparcial, redactando también cartas donde daba fe y proporcionaba descripciones de lo que estuvo viendo en esos dos meses. En París se relacionó con autores españoles como Pedro Salinas, Manuel Ciges Aparicio y Corpus Barga. Fruto de su visita al frente fueron los textos publicados en El Imparcial, Visión estelar de la medianoche, entre octubre y diciembre de 1916, y En la luz del día, entre enero y febrero de 1917.
En 1912 se instala en Cambados con su familia, acogidos por doña Lucinda Fernández Soler en el barrio de Fefiñáns, y un verano en la casa de la calle Carreira, de su amigo José González Fraga. Allí nacerá el segundo de sus hijos, Joaquín María Baltasar (mayo de 1914, Cambados - septiembre 1914, Cambados), que fallece trágicamente a los cuatro meses de edad, el 29 de septiembre, a causa de un accidente en la playa de Pombal, en Fefiñáns. Este suceso hace que se traslade en 1916 a la Puebla del Caramiñal y comienza a explotar las tierras del «pazo priorato de la Merced» que ha rentado, con el objetivo de convertirse en un terrateniente de la comarca del Salnés, actividad la que se dedicó por un tiempo sin obtener buenos resultados. Allí nacerán el tercero y la cuarta de sus hijos, Carlos Luis Baltasar (1917, Puebla del Caramiñal) y María de la Encarnación Beatriz Baltasara 'Mariquiña' (5 de septiembre de 1919, Puebla del Caramiñal). Estas tareas las compatibiliza con su puesto en Madrid, durante dos cursos académicos, en la cátedra de Estética de las Bellas Artes. En 1921, cuando la posesión del pazo se le escapa de las manos, se traslada a Villa Eugenia, ubicada en en núcleo urbano de A Pobra do Caramiñal, residiendo hasta 1925, lugar donde nacerán el quinto y la sexta y última, de sus hijos, Jaime Baltasar Clemente (29 de enero de 1922, Puebla del Caramiñal) y Ana María Antonia Baltasara (agosto de 1924, Puebla del Caramiñal) En 1925 regresa con su familia definitivamente a Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario