viernes, 21 de marzo de 2014

Teatro independiente

La fura dels Baus


Es un grupo de teatro español creado en 1979 por Marcel·lí Antúnez Roca, Carlus Padrissa, Pere Tantinyà, Quico Palomar y Teresa Puig. Autodefinidos como grupo de teatro «de fricción» que busca un espacio escénico distinto del tradicional, sus montajes y productos diversos han evolucionado mezclando imaginación, morbosidad, performance, mecatrónica e instalaciónes de gran espectacularidad, en un contexto dramático de creación colectiva.
La propia naturaleza de su trabajo, (que, como las antiguas compañías que sirvieron a reyes y mecenas, no maneja otra ideología que la subsistencia junto al mejor postor) hace de La Fura dels Baus una empresa artística controvertida, de incontestable espectacularidad y fantasía. Frente a un público generalmente entregado e incondicional, algunos críticos han reprochado al colectivo cierta incapacidad para despertar sentimientos (emociones positivas), más allá de las sensaciones elementales en las que desde un principio se han mostrado como especialistas de talla universal. Quizá la mejor respuesta a esas dudas estén en el recuerdo de su montaje del Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, a partir del libreto de Brecht, estrenada en el Teatro Real de la capital de España, en otoño de 2010. Parece evidente que La Fura dels Baus siempre tiene presente el tipo de monarca y de público ante el que actúa.
Al comienzo de la segunda década de 2000, esta compañía-empresa catalana estaba coordinada por cinco directores artísticos y una nómina, entre actores, atletas, funambulistas, técnicos, diseñadores, gestores, colaboradores, etc., de cientos de personas.


Orígenes
La Fura dels Baus, se fraguó como grupo de teatro urbano y popular en la localidad catalana de Moià en los últimos años de la década de 1970, haciendo pasacalles y participando en fiestas y "entoldados". El verano de 1979, sus cabecillas, Marcel.lí, Padrissa y Tantiñá, abandonaron su pueblo de origen para conquistar Barcelona, primero, y más tarde el mundo.
Su nombre, intraducible, hace alusión a un hurón («fura») 'supuestamente endémico' del torrente que cruza la localidad de Moiá, luego convertido en vertedero de basura.
Entre los principales componentes del colectivo, a lo largo de su existencia, pueden mencionarse los nombres de: Antunez, Padrissa, Tantinya, Ollé, Espuma, Muller, Gatell, Jordi Arús, Hansel Cereza y Michael Summers, Quico Palomar, Teresa Puig y Mireia Romero. Entre los colaboradores más cercanos, citar al actor Eduard Fernández, ganador de un Goya por su interpretación en Fausto 5.0.
En 2014, los cinco responsables titulares eran: Miki Espuma, Pep Gatell, Jürgen Múller, Àlex Ollé y uno de los fundadores, Carlus Padrissa.

Trayectoria
 Tras la "prehistoria" de pasacalles de feria popular y disfraz de payaso, el grupo, evolucionando desde algunas tendencias del teatro independiente, no muchas, desarrolló un estilo propio, que más tarde se ha llamado "espectáculos de lenguaje furero". En él pueden inscribirse la mayoría de los montajes del primer periodo, entre 1979 y 1990. Poco antes, en 1989, había abandonado el colectivo uno de sus fundadores, Marcel·lí Antúnez Roca.

Obra de teatro: Las troyanas


Un canto inmortal contra la guerra, contra las guerras, que pasados 3.500 años sigue siendo totalmente oportuno. Este espectáculo, codirigido por Jürgen Müller (La Fura dels Baus) e Irene Papas, ofreció una valiosa relectura del clásico de Eurípides.
Las troyanas se representó por primera vez en Atenas el 415 a.c. y su tema, pasados casi 3.500 años, sigue lamentablemente de actualidad. Después de una larga y cruenta guerra, el ejército ateniense ha derrotado al troyano. La ciudad referente del Mediterráneo oriental ha sido destruida y los vencedores se sortean a las mujeres vencidas, las troyanas, que se convertirán en sus concubinas antes de regresar a Grecia. Este sorteo macabro obligará a las mujeres, antes libres, a separse de sus hijos, de sus familias, y a decir adiós a la tierra que defendieron sus hombres. Posiblemente en Las troyanas encontremos algunos de los pasajes más estremecedores de la literatura trágica griega.

Cuando Eurípides escribe Las troyanas, Atenas acaba de invadir la pacífica ciudad de Melos, por la única razón de que ésta era aliada de Esparta. Eurípides convierte su talento en un alegato contra la guerra y contra los desmanes que propicia; hace suya la actitud más respetable que podemos encontrar en un creador: la de actuar como vigía de la conciencia de toda una sociedad. Por eso, y lamentablemente, cualquier relectura de este clásico será valiosa, por encima de cualquier consideración.

La propuesta de La Fura dels Baus para esta obra inmortal pasa por reflejar, a partir de un lenguaje escénico propio y ligado a los tiempos, la misma inquietud que padecen los personajes de la obra, la misma inquietud que llevó a Eurípides a escribir este canto contra la guerra, contra las guerras, pasadas, presentes y futuras. La anécdota de Las troyanas nos permite reflexionar sobre la condición humana como metáfora desde la que pensar nuestros días, un tiempo marcado por el vacío.



Desireé Pombar Añón.





 

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